Es muy curioso comprobar cómo, aunque nos hayamos propuesto seguir arreglándonos y manteniendo un estilo “cool”, siempre acabamos optando por ir a lo cómodo y eso se convierte en descuidarnos un poco cuando tenemos hijos. Pensadlo un poco, cuando estamos embarazadas aún solemos ir monísimas, con vestidos premamá, coloretes y divinas a cualquier parte pero luego, cuando el peque está en casa, preferimos invertir el tiempo que tenemos en él y en nuestra familia antes que frente al espejo: nos peinamos como sea, nos ponemos lo primero que pillamos del armario y ya no te hablo de los conjuntos de ropa interior, que en mi caso cada día se parecen más a los de mi abuela.
Sigue Leyendo