Cuando le organizas una fiesta de cumpleaños a un niño o niña menos de tres o cuatro años ¿para quién es la sorpresa? ¿Para el pequeño de la casa o para sus padres? A ellos les da igual si le clavas una vela en un pastelito y le haces soplas o si invitas a media ciudad para que les haga las palmas una vez haya soplado dicha vela, de hecho, en esta segunda suposición, el bebé acabe llorando a moco tendido al agobiarse por ver a tanta gente junta mirándolo, así que… dejémonos de tonterías y hablemos las cosas claras.
Somos las madres y padres, abuelos y abuelas, e incluso los tíos y tías a quienes nos hace ilusión celebrar la fiesta de cumpleaños del pequeño de la casa pero, haciéndolo mal, no le estamos enseñando nada.
Por edades
Antes de los tres años, para evitar agobios y falta de entendimiento por parte de los pequeños, es mejor hacer una celebración reducida: padres, abuelos y tíos… a lo sumo algún primito y poco más (por la cosa de los compromisos), porque a esa edad no se tienen amiguitos y el resto de familia, por mucho cariño que le tengamos, sobra.
Es a partir de los tres o cuatro años cuando los niños son realmente conscientes de lo que es un cumpleaños y de lo que eso significa. Si a eso le añadimos el hecho de que ver a la gente que ellos quieren reunida será un momento de alegría en sus pequeños corazoncitos podríamos decir que es a esa edad cuando empieza a tener sentido eso de la celebración, pero… ¿cómo podemos hacerles partícipes?
Para empezar debéis tener en cuenta que los padres de sus amiguitos no están invitados, al menos a priori. En otras palabras, que la fiesta es para el cumpleañero y a quienes se invita es a otros niños (familiares y amigos) no a los adultos que los acompañan. Si además de a los niños tú, como madre o padre, quieres invitar a los adultos es cosa tuya pero ten en cuenta que la base y el objetivo son los niños por lo que no debes gastarte el presupuesto del cumpleaños en los papás de los demás. Antes que eso, alquila un castillo hinchable y deja que los pequeñajos disfruten de lo lindo. En tucastillohinchable.com podéis alquilar uno desde 100 euros.
A partir de los cinco años lo mejor es hacer partícipe al pequeño, lo que significa que no sólo elegirá él a los invitados sino que también deberá participar en la organización de la fiesta. Podemos hacer los sándwiches para la merienda con él, o pedirle que nos ayude a comprar las bebidas en el supermercado e incluso podemos hacer la decoración con el niño o niña homenajeado/a. En Carlinfr.es podemos comprar todo lo necesario para hacer carteles de felicidades o bienvenida, dibujos decorativos e incluso materiales para decorar las bolsas de golosinas. Ya veréis como así sí que aprenden el valor del trabajo, el esfuerzo de hacer algo en familia e incluso valorarán mucho más la fiesta que antes.
No seamos superficiales, enseñemos a nuestros hijos a valorar las cosas y dejemos de protegerlos de todo, así es como realmente les estaremos ayudando.