Cuando el Covid19 hizo su aparición en china, o bueno, más bien cuando nos enteramos nosotros de que ya estaba allí, yo pensé “pobrecitos, menos mal que estamos lejos”. Supongo que fui una de esas que pensó que en España estábamos a salvo. Mi mujer, sin embargo, empezó a agobiarse y yo le dije que era una exagerada. Cuando el virus llegó a Italia y empezó a causar estragos pensé que tal vez aquí también llegaría, pero con suerte con mucha menor virulencia, y mi mujer empezó a salir cada vez menos a la calle y a sacar lo mínimo a mi hija. Cuando empezaron a salir positivos aquí, poco a poco, mi mujer habló de que tendríamos que empezar a comprar mascarillas, yo no le hice casi y luego no encontramos en ningún sitio. Debí creer más en su instinto ¿verdad?
Sigue Leyendo