Son muy habituales las casas donde conviven niños y mascotas. En algunas ocasiones eran primero los animales los que estaban, y la pareja decidió aumentar la familia. En otras ocasiones es al revés, los niños ya están pero se decide adoptar una mascota. Cada vez hay más perros en una perrera esperando su oportunidad. ¿Qué hacer en estos casos? Pues aquí os vamos a dar una serie de consejos para hacer que la convivencia sea óptima. Lo que hay que tener claro es que los niños y las mascotas tienen que interaccionar, pero siempre controlando la interacción al menos al principio, ya que si la mascota recibe un estímulo negativo como un grito o una mano alzada o un movimiento rápido, aunque el niños esté jugando, el animal puede reaccionar con miedo o de forma negativa. Desaconsejamos especialmente y expresamente los perros potencialmente peligrosos con niños. No es la primera vez que ocurre una tragedia.
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