En el mundo existen todavía cientos de miles de personas que le tienen pánico a los dentistas, sin embargo, la realidad es que una simple revisión rutinaria, nos puede salvar o prevenir de algunos problemas futuros. El miedo a acudir a este tipo de consultas, en parte, puede venir debido a traumas infantiles relacionados con el tipo de instrumentos que estos profesionales utilizan o, porque en un momento dado, alguno de ellos nos pudo hacer algo de daño mientras el dentista trabajaba en nuestra boca. Lo cierto es que, como todo en esta vida, los procesos han ido avanzando y se han ido perfeccionando, de tal forma que ahora ya es poco habitual que se provoque dolor en el paciente. Además, el colectivo de dentistas está cada vez más sensibilizado con esa problemática y busca por todos los medios que al mínimo síntoma de pánico, se pueda parar y se busque una alternativa para poder seguir con el proceso de forma correcta. Es por ello por lo que hoy en día ya no tenemos excusa para acudir a que un dentista nos revise, periódicamente.
Ir al dentista en familia es una de las opciones más recomendables que podemos llevar a cabo y es que así, de esta forma, le estaremos inculcando a los más pequeños de la casa un buen hábito, así como les invitaremos a ser más valientes, ya que pase lo que pase, estaremos en torno a ellos por si sufren algún tipo de dolor, que, como os decimos, ya es más una excepción que otra cosa. Si bien acudir a este tipo de especialistas es sumamente importante, todavía lo es más cuando pasamos a formar parte de un colectivo. En este caso, si, por ejemplo, estamos embarazadas, debemos de acercarnos a nuestra clínica de confianza de una forma más asidua, con el fin de evitar problemas futuros de caries o en las encías, entre otros síntomas habituales durante este periodo.
En el caso de que nos decidamos a visitar a nuestro dentista de confianza, deberemos de saber que tras tomar esta decisión tendremos una serie de ventajas que os enumeraremos a continuación, con el fin de que veáis que habéis tomado la decisión más correcta para el futuro de vuestra salud bucal y, por supuesto, de vuestro bienestar general.
- Que acudamos de forma habitual a la clínica de nuestro dentista de confianza es muy importante porque él nos ayudará a mantener unos dientes y encías sanos.
- Las visitas más comunes a las clínicas dentales constan de dos partes diferenciadas: la primera, enfocada a una revisión a fondo y la segunda, en la que se tratará la limpieza de toda la cavidad bucal.
- Durante la revisión dental, el dentista prestará todos sus esfuerzos en comprobar como es nuestra salud bucal general y observará especialmente las zonas problemáticas, con el fin de detectar posibles problemas que estén en una fase inicial y que igual, con un simple tratamiento se pueden eliminar.
- Durante la limpieza, nuestro dentista se afanará en eliminar las acumulaciones de placa y sarro que podamos almacenar en nuestra boca y, si es necesario, también puede que se detenga a alisar la superficie de nuestros dientes.
- Para que este proceso fluya y el control sea continuado en el tiempo y, con ello, sea efectivo, se recomienda que todo el mundo acuda al dentista al menos dos veces al año. Esta es la cifra por norma general, sin embargo, lo cierto es que nadie mejor que nuestro dentista de confianza para que nos comente él cuando debemos de volver.
¿Qué debemos de hacer entre visita y visita?
Como os hemos adelantado, al dentista, por norma general solo lo veremos dos veces al día, es por ello, por lo que, en su ausencia, debemos de tratar de cepillarnos los dientes, al menos dos veces al día. Además, para que sea correcto este cepillado, debemos de asegurarnos de utilizar una pasta dentífrica con flúor. Asimismo, también debemos de utilizar el hilo dental a diario. A mayores, la clínica dental de la Doctora Cachero, una de las más prestigiosas de Avilés y que cuenta con una amplia trayectoria profesional y de éxitos en el campo de la salud bucal, nos recomienda que se use un enjuague bucal que ayude a controlar la placa bacteriana y mantener un aliento fresco.
