Los medicamentos no son más que químicos que metemos en nuestro cuerpo para obligarle a cambiar su método de trabajo y conseguir así que el organismo haga lo que nosotros pretendemos que haga. Los odio. Personalmente compro en el mejor herbolario online, el cual os recomiendo tanto por calidad como por precio, y gracias a sus productos tengo muchísima mejor salud de la que antes tenía y mi hijo también.
Si es que la sabiduría oriental es muy sabia y ellos tienen una tradición cultural en medicación natural impresionante, antropológica casi diría yo ¿Y qué hacen? Pensadlo bien, basan su alimentación en las verduras y algas que tienen al alcance, toman infusiones de hierbas casi a diario que benefician su salud y acuden antes a la medicación natural que a la química. ¿Significa todo esto que estoy en contra de los medicamentos occidentales? Para nada.
En mi opinión una cosa es sufrir una enfermedad que necesite medicación química y otra muy diferente es atiborrarnos a pastillas en cuanto tengamos un pequeño síntoma de algo o un dolorcito insignificante. Y es que yo creo que somos una sociedad hipocondríaca. ¿Sabíais, por ejemplo, que las alergias pueden ser tratadas exitosamente por homeópatas especializados? Ya basta de tanto antihistamínico que ensucia nuestros estómagos y que a veces ni alivian la rinitis cuando ésta es demasiado aguda, probemos la homeopatía y la medicación natural antes de acudir a la química.
Obviamente siempre vamos a encontrar a personas con una opinión contraria a la nuestra, y por eso no os voy a engañar. Hay muchas personas que creen que la homeopatía es un placebo. Una persona que opina así es el bloguero Pablo Linde y podéis leerlo en su artículo “Pues a mí me ha curado la homeopatía” en la web del diario El País.
De todos modos no sólo hablo de la homeopatía sino de recurrir a las hierbas antes que a los químicos. Mi hijo lleva sin caer malo más de un año y eso que todos sus amiguitos en el colegio han sufrido algún tipo de resfriado, el típico virus estomacal o incluso gripe, pero él viene del colegio siempre más fresco que una lechuga y queráis creerme o no, esto es así desde que lleva una dieta y una vida como la mía. Mirad, yo quiero lo mejor para él, como todas las madres imagino, así que intento inculcarle buenos hábitos, ayudarle a mantener una dieta equilibrada y enseñarle qué debe hacer para sentirse mejor. Como es lógico si tiene un ataque de apendicitis lo voy a llevar al hospital para que le operen y si cae enfermo y con fiebre le daré la medicación que el médico me recete con el fin de mejorar su salud pero mientras no sea así intentaré recurrir antes a la medicina natural que a la química.