Vamos a ser sinceros desde el principio. No es que las tartas sean muy nutritivas que digamos pero cuando algo se toma una vez cada cierto tiempo y por una ocasión especial no nos van a causar un problema, ¿no? Al menos eso es lo que dice mi nutricionista, que un día si te comes una tableta de chocolate puede acabar sentándote mal pero a tu cuerpo, si es un día aislado, no le va a causar ningún daño ese atracón.
No obstante, tanta azúcar nunca es buena, y por eso debemos hablar de ocasiones muy, pero que muy especiales, sobre todo cuando hablamos de niños o ancianos. ¿Y qué es lo que hay en un cumpleaños siempre? Pues niños, muchos, y los abuelos del homenajeado así que, cuidadín cuidadín.
Teniendo eso en cuenta, y muy presente, hoy os traigo una receta de tarta de turrón que ha triunfado en el cumpleaños de mi sobrino. Y es que hace un mes, más o menos, le dije que me pidiera la tarta que quisiera porque yo, su tía favorita (no tiene más), se la iba a hacer tan grande como la quisiese. Yo pensaba que me diría de chocolate, o de fresa, y va el tío y me suelta: de turrón. ¿Conocéis a algún niño que pida tarta de turrón por su cumpleaños? Pues yo antes no, y ahora solo a mi sobrino.
El caso es que tuve que hacer tres pruebas antes de conseguir la tarta que quería, con la textura que quería, por lo que llevo todo el mes comiéndome esas pruebas y por lo tanto he de confesar que no ha sido mi mes más sano pero, por lo menos, conseguí hacer esa tarta, perfecta, y muy bien decorada he de decir. Triunfó tanto con adultos como con niños y por eso hoy os dejo la receta.
Obviamente el ingrediente principal es el turrón blando de Jijona, pero actualmente no es fácil encontrarlo en supermercados así que os recomiendo la compra online en Adelia Iváñez, que son artesanos.
La receta
Ingredientes
- 1 paquete de galletas
- 100 gr. mantequilla
- 400 ml. de nata e montar (2 brickpequeños)
- 100 gr. de azúcar glass
- 5 láminas de gelatina neutra
- 250 ml. de leche
- 50 ml. de agua
- 1 tableta de turrón de Jijona (300 gr.)
- Almendra crocanti(a gusto para decorar)
Personalmente cambié el azúcar glass por medio bote de leche condensada Mil Valles en la segunda prueba y fue todo un acierto porque la crema me quedó mucho más sabrosa y con más textura.
Lo primero que tienes que haces es picar todas las galletas, puedes hacerlo con un mortero, con la cuchara e incluso con una picadora (mucho más rápido pero menos divertido). Se trata de machacarlas hasta que se queden casi como si fueran polvo o arena de playa (aunque un poco más gruesos los granos claro está).
Si ya tenemos el polvo de galleta preparado pasamos al segundo paso, mezclarlo con la mantequilla derretida. Yo te recomiendo que derritas la mantequilla al baño maría pues así te ahorrarás sustos tipo “¡Se ha quemado y pegado a la base de la cazuela!” como me pasó amí en la primera prueba. Mézclalo todo hasta que sea todo homogéneo.
A continuación extiende la mezcla dentro del molde para tartas. Esa será la base de tu tarta así que intenta que todo quede bien repartido y con el mismo grosor en todas las zonas. Mete el molde al frigorífico porque cuento más fresca este la base más sólida será.
Mete ahora las láminas de gelatina en un cazo con agua fría por 10 minutos y mientras tanto echa en otro cazo toda la leche junto al turrón de Jijona troceado, a fuego medio porque si lo pones muy alto se te pegará. Vez mesclando bien todo, sin parar de remover pero de forma suave. Cuando esté todo calentito pasa todo por la batidora para que la crema resultante no tenga grumos.
Coge ahora las láminas que teníamos en agua y meterlas en 50 ml de agua caliente, remueve bien hasta que se deshagan. Luego añade esa mezcla de gelatina a la otra mezcla de leche con turrón y mueve todo hasta que quede ligado.
Monta la nada junto a la leche condensada (o azúcar glass) y una vez la tengas preparada debes ir mezclándola a la anterior mezcla del turrón muy despacio, suavemente, para que no pierda consistencia la nata.
Y por fin, vierte todo sobre el molde donde tenías la base de galletas y deja todo reposar en la nevera un mínimo de 6 horas. Saca después el molde del frigorífico y déjalo reposar unos minutos, luego ya podrás desmoldar la tarta con cuidado.
Para la decoración yo añadí almendra crocanti por encima y luego compré el nombre de mi sobrino fabricado a mano con pasta de azúcar. Quedo estupenda y de sabor ya ni os cuento lo buena que estaba.
Además, como es una tarta muy dulce y con mucho sabor, casi nadie suele repetir porque empacha un poco así que con una tarta no demasiado grande puede servir el dulce estrella del cumpleaños a bastante gente y no se quedarán con ganas de más, os lo aseguro.
No obstante, por si acaso, tampoco la hagas justa, que siempre es mejor que sobre a que falte y así podrás repetir de tarta en el postre de la cena de ese día o en la comida del día siguiente.