Salvo que seas un incondicional amante de la joyería, pocos nombres resuenan en el colectivo general con tanta fuerza como Tiffany´s, la joyería de lujo por excelencia o Swarovski, lujo por igual, pero al alcance de la mayoría. Mientras que los primeros, destacan por su catálogo repleto de diamantes, entre otras piezas exclusivas de alta joyería, los segundos, cuenta con una peculiaridad: sus joyas se fabrican con cristales. Cristales de alta gama y de una espectacularidad asombrosa, en la que destacan, sus destellos y reflejos, merced a los rayos del sol o la luz que los ilumine.
Profesionales de la joyería como Serrano, han compartido con nosotros su experiencia y todo lo que saben sobre esta maravillosa firma de joyería, cuya premisa era, fabricar diamantes, para todos. No en vano, el diamante es una gema con cualidades de cristal cuya dureza, es capaz de cortar el mismo sin dañarlo.
Como decimos, a nivel mundial, existen numerosas firmas de joyería reconocidas y prestigiosas, de las cuales, hemos destacado las dos que más suenan al común mortal. Puesto que los diamantes son para la eternidad y estamos todavía en modo terrenal, vamos a adentrarnos en el mundo de la firma austriaca Swarovski, para conocer sus orígenes y algunas de sus curiosidades.
Esta reconocida y prestigiosa marca, tiene su origen en Austria, cuando allá por el siglo pasado, un pionero creativo e innovador, creo su imperio y se convirtió en leyenda.
El joven Daniel Swarovski, trabajaba en la empresa de su padre que, se dedicaba a cortar vidrios y cristal. Durante esa etapa, aprendió las técnicas de corte y perfeccionó las mismas al tiempo que ampliaba sus conocimientos. A finales del siglo XIX, este joven emprendedor, tuvo la inquietud de hacer más productivo el trabajo, y concibió los procesos de automatización. Fruto de esta inquietud, en su mente surgió la idea de crear una máquina de corte de cristal, partiendo de las técnicas ya patentadas de Siemens y Edison. Gracias a su ingenio y la aplicación de dichas técnicas, desarrollo y construyo una máquina, capaz de cortar de forma perfecta y precisa los cristales.
Años más tarde de su creación, registró y patento el invento que lo convertiría en un pionero y un innovador en su época. Su pretensión era crear un diamante que fuera accesible para todos. Verdaderamente, lo logró. En el año mil ochocientos noventa y cinco, fundo, junto a un socio, la primera joyería con su nombre: A. Kosman, Daniel Swarovski & Co.
La consagración de una marca
Durante años, Daniel trabajo junto a su socio, siendo su matrimonio con la hermana del mismo y el nacimiento de sus hijos, los acontecimientos clave que dieron como resultado, la prestigiosa marca que conocemos en la actualidad. De hecho, sus tres hijos, fueron participes activos de la compañía y fue junto a ellos que Daniel, inició las operaciones en la planta de producción de cristal que se erigió en los Alpes Austriacos. Este lugar estratégico, reunía las condiciones propicias para que la producción de cristal, fuera eficaz, debido al agua y la energía que hacían posible el movimiento de la maquinaria.
Mientras ocurría esto, en el año mil novecientos trece, se iniciaba una nueva era para la industria del cristal que tenia en Swarovski, su precursor. Su nombre se conocía en todas partes, siendo América uno de los primeros mercados que le abrió sus puertas a esta nueva forma de joyería.
Con la llegada de la Primera Guerra Mundial, los mercados colapsados y la escasez de maquinas de corte y materiales, hicieron que Swarovski, agudizara su ingenio y, aprovechando ese momento de declive, decidió crear sus propias herramientas. En el año mil novecientos diecinueve, renovando su empresa, nace una marca llamada Tyrolit.
A partir de ese momento, durante la década de los años veinte, los cristales Swarovski marcan un hito en la época del glamour por excelencia. Las principales firmas de moda del momento, sitas en París, utilizaban estas piezas brillantes y con un corte perfecto como ornamento para sus vestidos.
Gracias a ello, Swarovski, vio otra oportunidad de negocio y creó con sus cristales una cinta de cristal que servía a los modistas y diseñadores para colocar directamente sobre los tejidos, pudiendo ser utilizada por igual, sobre zapatos y otros accesorios como bolsos.
De esta bella unión, surge una estrecha alianza entre la industria de la moda y las joyas de Swarovski. Alianza que pervive en la actualidad y permite a la firma mantenerse en el top ten de la joyería, la moda y el diseño.
Algunos de los nombres con los que Swarovski ha compartido estrellato son de la talla de Coco Chanel, Christian Dior o Balenciaga.
Joyas de cine
Esta prestigiosa marca austriaca, no solo cuenta con alianzas en el mundo de la moda. El séptimo arte, ha tenido también mucho que ver a la hora de que estos maravillosos y únicos cristales, tengan tal reconocimiento.
La meca del cine, ama tanto el brillo que los cristales Swarovski, parecen hechos a su antojo. Si algo hizo y aun hace, lucir a esta marca, ha sido su comunión con Hollywood. Películas tan reconocidas como “Los caballeros las prefieren rubias”, realzaban la belleza de Marilyn Monroe con unos pendientes Swarovski, e incluso Audrey Hepburn, lucio cristales en películas como “Desayuno con diamantes”.
De más reciente cuño, encontramos series como “Sexo en Nueva York” donde muchos de los diseños que lucia su protagonista, estaban confeccionados con cristales Swarovski. Incluso la propia Nicole Kidman, lucio un corsé confeccionado con miles de cristales de la firma, en su película “Moulin Rouge”.
A modo de curiosidad, señalar que la marca tiene una colaboración con la franquicia de películas de James Bond. Unión que dura ya más de tres décadas. Y aunque son muchas las incursiones cinematográficas de los cristales con más brillo del planeta, una de las más destacadas, es la creación (para su posterior destrucción), de la maravillosa lampara que ilumina la opera de París, en la película “El fantasma de la Opera”. El musical llevado al cine hace dos décadas, encargo a la prestigiosa firma una lampara tan impresionante que contaba en su fabricación con millones de cristales que proporcionaban los destellos necesarios para crear el clima apropiado para la cinta. So pena que, en una de las escenas, la lampara, tuvo que ser destruida.
Para Hollywood, Swarovski es una pieza clave, no solo se ha sido la encargada de adornar los Oscar en alguna ocasión, si no que muchas de las actrices han desfilado por la alfombra roja, luciendo joyas de cristal. Muchos de los diseñadores de vestuario que han contando en sus diseños con cristales Swarovski, han logrado ganar el premio al mejor vestuario.
La vigencia de una marca centenaria
Casi ciento treinta años han transcurrido desde que Daniel Swarovski fundara su firma. En la actualidad, la quinta generación de la casa Swarovski, sigue al frente de su imperio. Cuenta con cientos de joyerías solo en España y miles a lo largo y ancho de todo el mundo.
Guantes como los que usaba Michael Jackson en sus conciertos, estaban elaborados con cristales de la firma. Las botas de Shakira en su actuación de la Super Bowl, el vestido que llevó Marilyn Monroe cuando canto el cumpleaños feliz al presidente Kennedy la firma Victoria´s Secret, cuentan con Swarovski en sus diseños.
Para los más navideños, deben saber que la famosa estrella de navidad que se cuelga en el árbol del Rockefeller Center, corre a cargo de Swarovski y cuenta con más de tres millones de cristales en su composición, por lo que su brillo y los reflejos que produce, son inigualables.
Por otro lado, Swarovski, no son solo joyas. Dada su especialización en cristales, poseen la experiencia necesaria para fabricar instrumentos ópticos del calibre de prismáticos y telescopios que son extremadamente valorados por la calidad que ofrecen.
En cuanto a su conocido logo, un cisne, es la marca que cuenta actualmente con una plantilla que supera los treinta y cuatro mil empleados, con presencia en ciento setenta países.
Sin duda, la historia de esta marca es impresionante. Superación, creatividad y unas convenientes alianzas han hecho realidad el sueño de su creador: llevar diamantes a todo el mundo.
El cristal Swarovski es un vidrio que ha alcanzado un nivel de perfección y similitud con el diamante, inigualable. Destaca por su belleza, el brillo y la exclusividad de cada una de sus piezas. Fabricado mediante un proceso patentado, su elaboración se realiza a elevadas temperaturas, incorporando un treinta y dos por ciento de plomo a sus piezas con la finalidad de aumentar el índice de refracción. Su dureza, del seis, los convierte en piezas susceptibles a las ralladuras y el desgaste por lo que requieren una manipulación cuidadosa. Algunas de las mismas, poseen un recubrimiento denominado de aurora boreal que simula un aro iris sobre el cristal, propiedad que confiere un brillo sin igual. Otra de las características que los definen, es la simetría de sus facetas, finamente detalladas y determinadas.
Sin duda alguna, los cristales Swarovski, son piezas inigualables. Cristales únicos que bien merecen su reputada fama y su reconocimiento como diamante, al alcance de cualquiera.