Los abuelos y las abuelas son una de las piezas fundamentales en una familia española al uso. Lo son desde el punto de vista de la educación de los nietos, puesto que con ellos pasan una gran cantidad de horas a la semana mientras padres y madres trabajan. Y también son fundamentales los abuelos para una familia en términos económicos puesto que, durante los años de la crisis económica, han sido muchos y muchas los que, con su pensión, una pensión que no da para muchos lujos precisamente, han sacado hacia delante a su familia.
Desde luego, hay una cosa que está clara: los abuelos o abuelas, por desgracia, no son eternos y van desgastándose con el tiempo. Es normal que con el paso de los años se vayan produciendo diferentes problemas en lo que tiene que ver con su salud. ¿Cómo viven esa situación los nietos que, sobre todo, son de muy corta edad? La verdad es que es una situación delicada y para la que necesitamos grandes dosis de comprensión y ternura. Sin ninguno de estos aspectos es imposible que el menor pueda llegar a entender y superar una situación así.
Una noticia que fue publicada en el portal web del diario Nueva Tribuna informaba en un artículo titulado «España envejece» de que nos encontramos en una situación demográfica bastante crítica en nuestro país. Según el artículo, en 2066 habrá más de 14 millones de personas mayores, lo que supondrá que más de un tercio de la población se encuentre jubilada y, quizá, con algún tipo de problema de salud. Es evidente que, teniendo esto en cuenta, serán muchos los nietos que tendrán que enfrentarse a una situación como de la que venimos hablando, una situación en la que tengan que ver a sus abuelos padecer un problema de salud importante.
El artículo «Demografía de España» de Wikipedia informaba del porcentaje de gente mayor de 75 años que ha existido en nuestro país en diferentes puntos de los siglo XX y XXI. Atended: en 1900, este grupo de población era del 1’42%. En el año 2000, había crecido hasta el 7’28%. En 2018, ya era del 9’41%. Y va a seguir creciendo de una manera extraordinaria de cara a los próximos años. De eso podemos estar seguros todos y cada uno de nosotros.
No es fácil para nadie ver a una persona mayor que esté enferma, pero mucho menos fácil es para un nieto o nieta si la persona que está en esa situación es su abuela o abuelo. En algunas situaciones, la presencia de objetos como lo son grúas para enfermos o camas articuladas con carros elevadores puede ser impactante para ellos. Los profesionales de una entidad como Cuidaria, especializada en la provisión de este tipo de artículos, nos han comentado que uno de sus objetivos es el de elaborar artículos que llamen lo menos posible la atención sin que eso se traduzca en una pérdida de efectividad.
La verdad es que no cabe la menor duda de que este tipo de cuestiones se notan. Es importante que, en la medida de lo posible, el niño vea a su abuelo o abuela como siempre para no generar cualquier tipo de miedo o desconfianza, algo que suele ser habitual entre los más pequeños y que puede ocasionar un distanciamiento con este familiar, algo que, desde luego, es lo último que podemos permitir. Y es que las consecuencias emocionales para unos y para otros serían bastante importantes y dañinas para ambos sectores.
La importancia de la relación afectiva con los abuelos y abuelas
Es indiscutible la tremenda relación que existe entre abuelos y abuelas y nietos o nietas. La verdad es que, cuando somos pequeños, todos solemos tener en los abuelos un foco de ternura. Nos lo suelen permitir todo, algo que padres y madres no suelen hacer posible. Y no cabe la menor duda de que eso nos une a nuestros abuelos de una manera bastante sólida. Desde luego, a nadie le sorprende que la relación entre nietos o abuelos suela ser fantástica. Y es que es un vínculo que representa lo mejor del ser humano.
Para todos nosotros, los abuelos son indispensables en nuestra vida. Lo único malo es que hay que aprovechar el tiempo que pasamos con ellos porque vamos a contrarreloj. Las enfermedades terminan apareciendo y, por desgracia, el final del camino también. Por eso, no podemos permitir que a nuestros hijos pequeños les dé miedo acercarse a sus abuelos por mucho que tengan que estar rodeados de artilugios para garantizar su comodidad y su salud. Desde luego, los padres y madres jugamos el papel fundamental en esto. Y hay que cumplir con creces con él.