Para los estudiantes de los noventa, aprender inglés consistía en adquirir unos conocimientos mínimos, básicos y elementales sobre la lengua inglesa. Salvo que fueras hijo de unos padres con miras de futuro y posibles económicos que, apuntarán a su hijo o hija a clases extraescolares o academias a edad temprana, la enseñanza se iniciaba en el sexto curso. El vocabulario más básico, empezaba por la palabra teacher, para dirigirte al profesor o profesora. Así, entre el english teacher, el teacher please y el yes or not, iniciabas tu andadura inglesa.
Los métodos podían ser cuestionables dada su eficacia, pero al final, algo aprendías y sentías curiosidad por idioma anglosajón. Aunque importante, no era tan esencial como lo es ahora. Aprender inglés, pasado el dos mil, se convirtió en una necesidad absoluta. Las reformas educativas y las propias necesidades del sistema de educación, propiciaron la necesidad de formar profesores en la materia y que los que la impartieran, estuvieran realmente preparados.
Convertirse en english teacher, era una excelente opción para los amantes de la lengua inglesa y la docencia. Impartir inglés en todos los centros docentes, era una ventana abierta para estudiantes y, por supuesto, profesores. Mayor nivel educativo y mayor oferta de empleo público. Siempre ha existido la formación privada, donde encontrar trabajo podía ser más fácil, pero no estable, de ahí que la gran mayoría de los docentes de inglés, optarán y opten por preparar su oposición de inglés de la mano de expertos como el Preparador de oposiciones de inglés.
Más de uno o una, recordará como su profesor de inglés del colegio o del instituto, chapurreaba los verbos o leía las lecciones de forma sistemática y sin mucha convicción. En muchas ocasiones, ese profesor o profesora, impartía clases tan diferentes como ciencias o incluso formación física. Actualmente, los profesores de inglés, son profesores de inglés con pleno conocimiento de la lengua y por supuesto, formados para impartir las clases de forma didáctica.
Está necesidad de conocer este idioma en particular, nace de la globalización cultural y económica que se ha producido en las últimas décadas. La relativización de las distancias físicas, el acortamiento de las mismas, ha dado como resultado un mercado global en el que impera la interconexión. En este mundo globalizado e interconectado a todos los niveles, el idioma con mayor influencia, ya sea en un entorno de negocios como en la transmisión cultural o el mero hecho de comunicarse, es el inglés. La lengua común que debemos conocer todos y todas para poder desenvolvernos en este mundo globalizado.
La demanda de profesionales de la docencia que imparten este idioma, es amplia en los países de habla hispana como España. Si quieres tener un futuro en el sector de la docencia y dedicarte a la enseñanza de inglés, en este post vamos a explicarte todo lo necesario para conseguirlo.
Formación para formar
Convertirse en profesor de inglés sin ser nativo de este idioma, requiere estudiar la lengua hasta el punto de dominarla como si la hubieras aprendido de origen. La formación básica necesaria para los profesores o profesoras de inglés, pasa por la educación universitaria. La universidad ofrece dos alternativas principales, cursar un Grado en Filología Inglesa o a través del Grado en Magisterio.
El primero de los grados, forma a los estudiantes para que adquieran todos los conocimientos necesarios para convertirse en especialistas del idioma. El plan de estudios contempla todos los aspectos puramente lingüísticos y académicos junto con una amplia y enriquecedora cantidad de literatura y cultura inglesa.
Estudiar este grado, dota a los alumnos y alumnas de los conocimientos necesarios para convertirse en profesor o profesora de inglés al nivel de un nativo. No obstante, tras obtener la titulación, hay que realizar un Máster en Formación del Profesorado que, permite cumplir con los requisitos para convertirse en profesor de inglés.
En segundo lugar, cursar un Grado en Magisterio, cuenta con una mención en inglés que proporciona a los estudiantes los conocimientos necesarios para convertirse en maestro de inglés.
Aquí, encontramos una diferencia que conviene destacar: profesores y maestros. Aunque parezcan los mismo, no lo son. Los maestros o maestras, desarrollan su trabajo dentro de la educación primaria, mientras que los profesores o profesoras, lo hacen en la secundaria. Esto hace que la dificultad para convertirse en profesor de inglés sea cada vez más difícil sin poseer una carrera universitaria. A excepción de los profesores de inglés nativos, es muy complicado acceder al mercado laboral, aunque en cualquiera de los casos, es fundamental, contar con un titulo formal y superar los procesos selectivos.
Una vez tienes toda la formación necesaria, es necesario saber que enseñar la materia a los alumnos, debe ir más allá de los contenidos teóricos sobre la lengua. La motivación y la formación práctica son fundamentales para que los estudiantes adquieran las capacidades necesarias para saber comunicarse.
Un buen maestro o profesor de inglés, debe contar con una serie de habilidades y herramientas para llegar a sus alumnos de la mejor manera. Entre ellas, saber hacer una buena evaluación del nivel que posee el alumnado, motivar a los estudiantes para que no se convierta en una tarea aburrida. Utilizar buenos recursos y materiales didácticos ya que, aprender inglés no consiste en memorizar las reglas de la gramática, la expresión oral y el vocabulario son fundamentales.
Convertirse en profesor
Como es lógico, los que estudian un Grado de Magisterio o una Filología, tienen la intención de convertirse en formadores. Encontrar trabajo en la educación privada, puede resultar relativamente fácil aunque en la mayoría de los casos, lo que se pretende es ser maestro o profesor dentro del sistema educativo público. Para optar a un puesto, ya hemos comentado que hay que realizar unas pruebas de acceso. Hacer una oposición es la forma de entrar en el sector de la educación pública y tener un empleo de por vida.
Este tipo de oposiciones suelen ser de concurso-oposición, que se compone de dos fases: la de concurso, en la que se valorarán los méritos del aspirante como la formación y la experiencia previa; la de oposición que tiene en cuenta los conocimientos específicos de la especialidad docente en cuestión, inglés en este caso, la actitud pedagógica y el dominio de las técnicas docentes.
Dentro del mismo proceso, existe una fase de prácticas que puede incluir cursos de formación.
A su vez, la fase de oposición consta de dos pruebas. En la primera, el aspirante tendrá que demostrar sus conocimientos específicos sobre la materia mediante una prueba que, igualmente, contará de dos partes a valorar en conjunto: una parte práctica y el desarrollo de un tema del propio temario de la especialidad.
La prueba se compone de un listening de cuarenta y cinco minutos con dos modelos de examen: un resumen de la información que ofrece el audio y otro de preguntas sobre el mismo.
Por otro lado, a partir de un texto escrito, se realiza un análisis de texto en el que hay que responder a las cuestiones pertinentes: tipo y genero del texto, funciones comunicativas, recursos estilísticos, fonética, gramática, etc.
Se realizarán dos pruebas de traducción, una del inglés al castellano y otra del castellano al inglés, sin diccionario.
Para la realización de estas pruebas se dispone de un tiempo de tres horas.
La segunda prueba, se centra en comprobar la actitud pedagógica del aspirante y el dominio que posee de las técnicas necesarias para convertirse en un docente. En este caso, se presenta una programación didáctica, de la que hay que preparar y hacer una exposición oral sobre una unidad. Mientras ser lleva a cabo el desarrollo que consiste en la defensa y exposición de la misma, el tribunal, podrá y, de hecho, lo hará, plantear cuestiones que se relacionen con el contenido.
Una vez, los aspirantes superan esta parte del proceso selectivo, deberán realizar un periodo de prácticas tuteladas que tienen la finalidad de comprobar in situ, la aptitud que el candidato o candidata tiene para ejercer la docencia.
Como cabe sospechar, la preparación previa para superar este proceso, debe ser adecuada y larga. Para lograr adquirir los conocimientos necesarios que permitan superar la oposición, es fundamental cumplir con una serie de requisitos. La especialización, pues no es lo mismo preparar una oposición para secundaria que para primaria. El temario, debe ser completo y actualizado a la vez que estar adaptado a la convocatoria. Prestar atención a la programación y las unidades didácticas que deben desarrollarse posteriormente.
A parte de los requisitos académicos y los materiales necesarios para afrontar la prueba, hay que cumplir los requisitos formales necesarios para poder optar a cualquier puesto de trabajo en el sector público: disponer de nacionalidad española o de alguno de los estados miembros de la Unión Europea, tener cumplidos los dieciocho años de edad y no haber alcanzado al edad e jubilación; no padecer enfermedad o limitación física incompatible, no haber sido separado mediante expediente disciplinario del servicio de las administraciones públicas o disponer de la titulación necesaria para poder desempeñar las funciones son, entre otras, algunos de esos requisitos que cada aspirante debe cumplir para poder presentarse a la prueba selectiva.