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Elegir una vid para el viñedo

La uva es una de esas frutas con personalidad propia. No en vano, las numerosas variedades que podemos encontrar permite deleitar al paladar tanto si la tomas como fruta, como si lo haces en su versión más popular: el vino. Cada tipo de uva, ofrece una serie de propiedades organolépticas al vino de manera que hacen cada añada especial. No es posible repetir un vino por diversas razones, aunque si pueden ser muy pero que muy similares. Las condiciones climáticas, el terreno y la mano experta del viticultor, hacen que cada cosecha proporcione unas uvas únicas e irrepetibles.

Para los expertos en la materia, aquellos que se dedican a cultivar vides, la elección de la vid es esencial. Así que si, por la razón que sea, estás interesado o interesada en cultivar tus propias uvas, en este post, vamos a hablar sobre la mejor forma de elegir la vid adecuada.

Obviamente, no somos expertos en la materia aunque nos gustaría, por lo que vamos a aprender juntos sobre este interesante tema. Para ello, no hemos dudado en acercarnos a los profesionales, a los que en realidad saben sobre vides y viñedos. En Plant Vid, viveros de vides, hemos encontrado toda la información necesaria para saber elegir la mejor vid en caso de querer plantar una o unas cuantas.

Como bien hemos dicho, en la viticultura actual, es posible encontrar numerosas variedades de vid. Todas ellas pueden resultar interesantes o susceptibles de formar parte de nuestro experimento. Aun así, existen ciertas limitaciones a la hora de elegir la variedad y, por sorprendente que resulte, no todas dependen de nuestro particular criterio. Por lo que vamos a empezar por lo aburrido que es la burocracia, la economía y las cuestiones climatológicas. Aspectos tales que, por desgracia, se escapan a nuestras posibilidades. Si la ley no te deja plantar una variedad, no te deja y si el aspecto económico es el que es, no hay mucho que hacer. Respecto al clima y el suelo… poco, por no decir nada, podemos hacer.

Elegir una vid a razón de los factores externos

Por cuestiones que en realidad son más que obvias, la elección de la variedad de vid que se quiere plantar, pasan por un embudo burocrático. Es decir, las limitaciones administrativas que rodean al mundo de la viticultura. Si te digo denominación de origen, seguro que ya sabes por dónde van los tiros. La influencia de las DO y sus correspondientes regulaciones por comunidades autónomas, constituyen un factor determinante a la hora de elegir la vid. Estas entidades son las encargadas de establecer la normativa que limita la variedad que puede ser plantada en el caso de pretender obtener la DO correspondiente.

El objetivo de esta normativa no es otra que garantizar la calidad y autenticidad de los vinos producidos en la región. Dentro de este contexto, los viticultores deben adherirse a las pautas que se establecen dentro de la DO de su zona. Por norma general, estas normativas dividen las uvas en dos categorías: autorizadas y recomendadas. Siendo las primeras las consideradas para expresar las características únicas y exclusivas del terruño donde se va a plantar la vid, junto con los estándares de calidad de la DO. Suele tratarse de las variedades más tradicionales y representativas de cada región vitivinícola. Las segundas, son opciones adicionales que pueden ser utilizadas en mayor o menor medida cumpliendo con los correspondientes requisitos de calidad.

De esta manera, la elección de la vid se limita por las regulaciones de la DO, lo que viene a ser, que los viticultores deben hacer una cuidadosa selección de las variedades autorizadas o recomendadas que mejor se adapten a sus viñeros y los estándares establecidos en la DO. Así se aseguran que el vino producido sea fiel al carácter y tradición, cumpla con la legalidad establecida y consigan la denominación de origen controlada.

En base al aspecto económico, hay que tener en cuenta los objetivos de producción que se tienen a la hora de plantar un tipo de vid u otro. Al elegir la más adecuada, es esencial tener en cuenta factores económicos y de mercado que van a producir un impacto directo en la producción. Estos factores van desde el análisis de mercado hasta los objetivos de la empresa y el marketing. Pasando por los objetivos de la empresa a nivel comercial, el tipo de producto que se quiere conseguir, la calidad del mismo y el nicho de mercado.

Por último, la climatología del lugar. Este factor debe considerarse como el que más, puesto que el resultado de la uva, depende en gran medida de las condiciones climáticas y del suelo. La agroclimatología, desempeña un papel esencial en la elección de la vid más apta para un lugar en concreto. Las condiciones del suelo y el clima de cada región imponen serias restricciones a cada variedad, puesto que en ciertas condiciones, pueden no dar el resultado esperado.

Los factores más relevantes a tener en cuenta en este aspecto son las condiciones climatológicas, la composición y calidad del suelo, los portainjertos que desempeñan un papel crucial en la adaptabilidad de la vid, el rendimiento de la misma y la sostenibilidad que proporcione la variedad en el entorno.

Como resulta lógico, la elección de la variedad de vid es esencial para que el cultivo tenga éxito y se obtenga el resultado esperado. Por suerte, en la actualidad es posible elegir entre una amplia y variada gama de variedades que cuentan con sus propias características y aptitudes. Sin embargo, hay que tener en cuenta este tipo de factores para poder tomar la decisión más acertada.

Tipos de vides que podemos elegir

Teniendo en cuenta los aspectos señalados anteriormente, va a ser más fácil elegir la vid más adecuada y que mejor se adapte a nuestras necesidades y gustos particulares. Siempre teniendo en cuenta las limitaciones señaladas. Ahora vemos algunas variedades de vides españolas para guiarnos en la elección.

Dentro de las uvas tintas, podemos encontrar las siguientes:

  • La joya de la corona española. Esta uva es famosa por los vinos tintos elegantes que nacen de ella. Sabores a fruta roja como la cereza, complementada por toques de vainilla y cuero. Versátil como ninguna, es la base de los vinos Rioja.
  • Cabernet Sauvignon, mundialmente reconocida por la robustez que confiere a los vinos tintos. Aromas a cassis, regaliz y pimiento verde, hacen que sea la uva que forma la columna vertebral de los vinos de Burdeos y los del Nuevo Mundo.
  • Merlot, una uva suave y accesible que produce vinos tintos sedosos con sabor a ciruelas maduras, cereza… agradable y frutal, es popular puede dar un buen vino tanto sola como convenientemente mezclada.
  • Syrah, una uva audaz que produce vinos intensos con sabor a mora, pimienta negra y especias. Su origen está en el Ródano pero se ha extendido por su riqueza y complejidad.
  • De producción propia, esta variedad es autóctona y da lugar a vinos tintos de cuerpo medio con toques de frutos negros y notas especiadas.
  • Monastrell es otra variedad con gran audacia y potencia que produce vinos con carácter. Se adapta al clima cálido siendo indispensable en tierras de levante como Jumilla y Alicante.
  • Garnacha tinta, versátil y frutal, forma parte de los tintos con sabores a frutas rojas, especias y pimienta. No en vano es una de las variedades más plantadas.

Aunque existen más variedades de uva tinta que podemos encontrar, no todas son tan aclamadas y versátiles como las citadas. Para no alargarnos más de la cuenta, nos pasamos a las vides de uva blanca que también juegan un papel especial en la viticultura.

  • Es la uva más cultivada en España. Se utiliza en vinos blancos y refrescantes.
  • Macabeo o Viura, que da lugar a vinos frescos y es la clave de la elaboración del cava español.
  • Verdejo y Rueda son sinónimos aunque no es lo mismo. Esta uva, reconocida por sus vinos blancos y secos, es originaria de Rueda y goza de un reconocimiento internacional sin igual.
  • Pedro Ximenez es una uva archiconocida seguramente porque tiene nombre de persona. Sinónimo de vino dulce de Jerez, con sabor intenso a pasas, caramelo y nuez.
  • Chardonay, mundialmente famosa por ofrecer vinos blancos con cuerpo con toque a vainilla y mantequilla, utilizada en diversidad de vinos blancos.
  • Sauvignon Blanc. Reconocida en los vinos blancos frescos con aromas a hierbas, cítricos y notas vegetales, está detrás de los vinos de Sancerre y Malborough.
  • Riesling no es un rio, es una uva de origen alemán que produce vinos de gran acidez y con una amplia variedad de sabores que destacan por ser dulces y secos.

Podríamos seguir con la lista de uvas blancas, porque no están todas las que son, aunque son todas las que están. Pero para finalizar queremos al menos, mencionar algunas variedades de uvas de mesa como la Alfonso Lavallee, la Ruby, la Moscatel Alejandría, la Red Globe, la Moscatel Hamburgo o la Napoleón.

Con toda esta variedad y las que faltan, podemos decir como conclusión que la elección de las vides a plantar, es un proceso de gran complejidad que hay que realizar de forma informada, tanto si es para producir vino como si es para producir uva de mesa.

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