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Distintas formas de tomar el café

El 1 de octubre se celebra el Día Internacional del Café, muchas personas apuestan por esta bebida para despertar por las mañanas. El café es una de las bebidas que más se consumen en el mundo. Según la Asociación Española del Café (AECafé), cada día bebemos 65,5 millones de tazas en España.

Los profesionales de Cafés Santa Rosa explican que la sociedad aprecia los cafés de temporada, tostados de forma artesanal y bien tratados. El café aporta múltiples beneficios para el organismo, porque beber de 3 a 5 tazas diarias reduce la cantidad de grasa corporal, además, su consumo se asocia a una menor mortalidad.

¿Cómo toman el café en otros países?

Existen múltiples formas en las que se puede disfrutar de esta bebida según el país. Por ejemplo, en Senegal ponen pimienta al café, en China mezclan el café con el té y en algunos lugares es más común tomarlo después de la cena. Un dato muy curioso es que en Italia hay una cafetería por cada 600 habitantes y lo habitual es tomar un café de pie y sin compañía. No te pierdas las diferentes formas de consumir el café según la cultura.

Cafés dulces

Existe una mezcla que aunque en España no triunfó, se ha extendido por el resto del mundo manteniendo su denominación en castellano: el café miel. Una base de miel cubierta por café expreso, leche caliente y por encima del café se puede espolvorear canela en polvo. El wiener melange es un café típico de Austria y muy similar a un capuchino. Se suele tomar en una taza grande y al café expreso se le añade leche caliente y espuma. Aunque también se le puede añadir yema de huevo cubierta con dos cucharadas de azúcar y nata montada por encima.

El Noisette es el café típico de París, un expreso elaborado en un vaso pequeño, con una pequeña cantidad de espuma de leche caliente. El barraquito es típico de la isla de Tenerife. Está formado por leche condensada, leche, licor, canela en rama, corteza de limón y café bien cargado.

Cafés fuertes

El café típico del sur de India es el kaapi, se elabora en un recipiente de metal con dos tazas circulares, los posos de café se comprimen y sueltan todo su sabor. Se mezcla la misma cantidad de café y de leche, aunque también se le puede añadir un poco de azúcar. Aquí en España se le llama cortado a un café expreso intenso con un pequeño chorro de leche caliente. En los EEUU a esta misma bebida se la suele llamar Gibraltar y en Cuba se llama un cortadito.

El café cubano tiene un sabor intenso y dulce, ya que se mezcla el azúcar con los granos de café antes de prepararlo. Es aconsejable prepararlo a fuego lento. En Senegal el café se condimenta con granos de pimienta y se añade clavo para dar olor. El café turco se prepara con granos de café molidos muy finitos que se hierven en una olla pequeña llamada cezve y se añade también algo de azúcar. La mezcla se vierte en una pequeña taza y se sirve caliente.

El Galão es un bebida que tienes que probar si viajas a Lisboa. Es un café espresso mezclado con leche espumada. El Galão es una mezcla de un cuarto de café y tres cuartos de leche espumada. El café irlandés es un café caliente que suele llevar azúcar, whisky y nata montada. El café escocés lleva los mismos ingredientes que el irlandés, aunque para prepararlo se utiliza whisky escocés y puede llevar nata montada o una bola de helado de vainilla.

Cafés refrescantes

Hay muchos países que toman el café frío. Un representante de Nestlé fue enviado a Grecia en 1955 e invento por accidente el frappuccino, tendría que haber vertido los polvos de chocolate en leche o agua caliente y removerlo, pero, al no conseguirlo, añadió la mezcla en agua fría y la agitó en una coctelera. El Eiskaffee es un café típico de Alemania. Al café instantáneo se le añade dos bolas de helado, nata montada y virutas de chocolate. El Kaffe Tonic es una bebida sueca que mezcla sabores amargos y dulces, porque se aprecia la tónica en el café. Es muy fácil de preparar, en un vaso sirves la tónica y le añades una tacita de café expreso. Otro café frío es el Cà Phê Đá de Vietnam. Se sirve el café en una taza con leche condensada hasta la mitad. Se agita bien la mezcla y se echa sobre un vaso con hielo.

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