La adolescencia es una etapa difícil, tanto para los hijos como para los padres. Y es que en esta etapa los jóvenes sufren muchas transformaciones, tanto a nivel físico como social. Pero para que puedas afrontar mejor la adolescencia de tus hijos en este artículo hemos reunido 10 consejos que te serán de gran ayuda.
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Escucha y pregunta
“La comunicación es muy importante en la relación con un hijo. En nuestras terapias para mejorar la relación con los hijos un aspecto importante que tratamos es cómo nuestros pacientes se comunican con sus hijos para analizar qué hacen bien y qué mal, así como para aprender nuevas formas de comunicación”, explican desde Psi, psicólogos Gestalt en Barcelona.
De esta forma debes fomentar la comunicación con tus hijos, pero en esta etapa es importante sobre todo escuchar.
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No juzgues
Un consejo que te será de gran ayuda para afrontar la adolescencia de tu hijo es no juzgar. Tu pequeño no se debe sentir juzgado porque puede dar pie a una discusión y perder la confianza depositada en ti como progenitor. Así que intenta preguntar antes de valorar y transmitir tu opinión si un juicio negativo.
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Ten paciencia
La paciencia es fundamental en esta etapa de tu hijo. Piensa que todos hemos sido adolescentes, incluso tú. Así que intenta comprender que es una etapa llena de cambios y que tenéis que afrontarlos juntos de la mejor manera posible.
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Fomenta el razonamiento
Un aspecto fundamental en la educación de tu hijo es que debes fomentar su razonamiento crítico. Porque hacerse mayor significa empezar a tomar decisiones. Así que enséñale a tomar decisiones y actuar con lógica.
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Comparte con tu hijo una afición
Pasar tiempo con un hijo adolescente puede ser complicado, ya que en esa edad solo piensan en sus amigos. Pero una forma de que compartir momentos y mejorar el vínculo es compartir una afición. Por ejemplo, si os gusta un mismo deporte podéis practicarlo juntos, ver los partidos en la televisión…
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Vigila sus comportamientos
Por supuesto en esta etapa hay que vigilar los comportamientos de los hijos. Porque en la adolescencia las relaciones sociales pueden ser complicadas, suelen tener los primeros acercamientos al alcohol y el tabaco, hacer amigos poco recomendados, sufrir adicción a los aparatos tecnológicos, tener trastornos alimenticios o incluso sufrir acoso escolar en silencio. Por ello, como padre o madre debes vigilar de cerca sus compartimientos, pero sin hacer que tu hijo se sienta presionado o todo el día vigilado. Dale su espacio, pero estate cerca mirando qué es lo ocurre. Y ante cualquier indicio de problema no dudes en actuar.
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Las normas son fundamentales
A los niños y a los jóvenes no les gustan las normas, pero son fundamentales para establecer un orden y un control básico. Así que ten normas básicas de convivencia en casa, pero si quieres puedes permitir una cierta negociación a la hora de establecer las normas para que tus hijos sientan que han participado en el proceso.
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Fomenta el cuidado de la salud
El cuidado de la salud no se debe descuidar en la adolescencia. Debes fomentar que tus hijos lleven una alimentación adecuada, que duerman las horas suficientes al día, que practiquen ejercicio físico y que fomenten su desarrollo cognitivo o intelectual. Ahora bien, en esta etapa debes dejarles un poco de margen para que ellos tomen sus decisiones y se cuiden por sí mismos, pero si aprecias carencia de cualquier aspecto debes actuar como padre o madre.
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Da importancia a los problemas serios
El mal humor y no estar de acuerdo con los padres es una tónica habitual de la mayoría de adolescentes. Pero como padre debes tener un poco de manga ancha si no quieres estar todo el día discutiendo con tu hijo. Así que intenta dar sólo importancia a los problemas serios. Esto no quiere decir que dejes pasar malos comportamientos o acciones. Simplemente que cambies tu manera de enfrentarte a ellos. Intenta siempre hablar tranquilamente antes de buscar directamente la discusión.
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Recuerda el amor mutuo
En la adolescencia los jóvenes tienen más dificultades para mostrar su amor hacia sus padres. Hasta hace nada les encantaban los achuchones, pero ahora rehúyen de los besos y abrazos. No te preocupes porque esto no ha significado que tu hijo te haya dejado de querer, sino que ya no está tan predispuesto a mostrar afecto. Es una etapa, recuerda el amor mutuo y no te preocupes por ello.