Cuando llega un nuevo miembro a la familia hay muchas cosas en las que pensar pero siempre pasamos por alto la misma, o como mucho la rozamos: el color de la habitación. Si es niña, rosa, si es niño, azul, y si no quieres hacer diferencias la pintamos de amarillo o color crema y apañamos el problema. En Pinturas Insa conocen la importancia real que pueden llegar a tener los colores para tus hijos: no es lo mismo poner un verde pastel tranquilizador que un azul chillón en las paredes de su habitación. Si no sabes qué color escoger busca ayuda de profesionales pero no lo dejes al azar.
No se trata de una decisión que podamos tomar a la ligera a no ser que estemos dispuestos a volver a coger brochas y rodillos y ponernos manos a la obra o a volver a contratar y pagar a un profesional. Vamos a convivir con esa pintura durante muchos años, nosotros y nuestro bebés, por eso es tan importante tener claro que resultados queremos obtener.
Para empezar debemos tener claro que los colores se asocian a un estado de ánimo así que ¿qué color elegimos? Hay colores alegres, colores apagados, colores neutros… Los colores pasteles suelen ser los más utilizados actualmente, pero no sólo el rosa y el azul, sino también el blanco, el beige e incluso el gris.
Tenes en cuenta la luminosidad y el tamaño de la habitación. Cuando más pequeña o menos luminosa sea la estancia más claro deberá ser el color porque ofrecen un efecto de amplitud en el espacio. Los colores fríos como el azul, el morado o el verde hacen el efecto de reducir el espacio frente a los colores cálidos como el naranja, el beige y el amarillo.
Otra cuestión a tener en cuenta son los muebles. Si ya tenemos los muebles del bebé debemos pensar en el color de los mimos porque los muebles blancos, o de colores claros, son estupendos para añadir un toque de color extra a las paredes.
La pintura del techo también tiene su importancia. Cuando éste se pinta de un tono más claro que la paredes, se crea un efecto elevador de ampliación de la altura del cuarto. Por el contrario, si el techo se pinta más oscuro que las paredes se crea un efecto de acercamiento, se reduce el espacio.
Ahora hablemos de colores:
- Es el color de la luz. Normalmente, como ya hemos comentado, amplia el espacio. Es un color muy activo. Irradia siempre en todas partes y sobre todas las cosas. Es un color excelente para llevar alegría a un ambiente pero cuidado, porque si tu hijo/a es muy nervioso/a puede provocarle ansiedad, aunque principalmente esto ocurre sólo en los adultos.
- Violeta, púrpura o lila. Se considera artificial porque apenas está presente en la naturaleza. Son tonos muy femeninos y expresan misterio. Si hablamos de tonos pasteles pueden ser colores muy relajantes y, por lo tanto, que indica ausencia de tensión.
- Es un color sutil, que da seguridad. Iguala todas las cosas y deja a cada color sus características propias sin influir en ellas. Puede expresar desconsuelo, aburrimiento, desánimo e indeterminación pero si lo combinas con otros colores más alegres puedes encontrar la combinación perfecta.
- Es un color muy elocuente y está asociado con la naturaleza, la fertilidad y la primavera. Transmite seguridad, expansión y anima el crecimiento emocional. Proporciona mayor actividad cerebral, calma el estado de ánimo y actúa como desintoxicante. Es el color de la relajación por excelencia porque reduce la tensión. El color de la esperanza. Es un color apropiado para el cuarto de los niños pequeños, si tiene buena luz natural.