Pocos amores hay tan puros como los de los abuelos y abuelas con las nietas y nietos. Y es que son muchas las familias que destacan que el comportamiento de un abuelo no tiene nada que ver con el de un padre. El ejemplo más claro lo he tenido yo. Fui un niño que apenas jugó con su padre. Él se dedicaba a sus cosas del trabajo y poco más. En mi caso, jugaba con mis hermanos y casi todas las cosas las hacia con ellos y con mi madre.
Con el paso de los años, todo ha cambiado. Y ahora, mi padre está que se le cae la baba con su nieto. Hace cosas que nunca hizo conmigo. Le lleva al parque, le va a recoger al colegio, le lleva a jugar al fútbol. Solo con deciros que hace unas semanas se despertó a las 8 de la mañana para llevar a su nieto a un partido al otro lado de la ciudad. Son cosas que hace años no me podría imaginar. Pero está claro que la relación nieto-abuelo no es la misma que con un hijo.
Somos muchos los que guardamos recuerdos increíbles con nuestros abuelos. En mi caso mis recuerdos son del pueblo. Allí me pasaba yo los tres meses de vacaciones de verano, la quincena de Semana Santa y de Navidad. Ella me hacía la comida y la cena, y recuerdo con mucho cariño sus guisos. Ahora tengo siempre presente olores en mi mente que me evocan a mi abuela. Desgraciadamente con mi abuelo no pude pasar tanto tiempo porque murió cuando yo solo tenía tres años. Ahora bien, aproveché los momentos con mi abuela hasta el final. Es más, recuerdo que el día antes de su muerte, yo ya había quedado para enseñarla mi nueva casa.
Convivencia
Ahora bien, los tiempos han cambiado. Y ahora la convivencia entre nietos y abuelos ha cambiado. Por ejemplo, hay que hablar a los niños de sus mayores. Parece que en los últimos años se ha perdido el respeto por ellos, y esto no puede ser así. Hay que contarles quienes fueron sus abuelos para que puedan hacerse a la idea de dónde vienen. Hay que enfocarlas de manera positiva para que valoren más a los abuelos. Además, proporcionan temas de conversación que motivan e interesan a los mayores.
Yo siempre recomiendo hacer muchas actividades. Me vino muy bien leer el libro EL Gran Libro del Abuelo porque venían recetas, actividades, manualidades, juegos al aire libre, juegos de mesa, consejos prácticos, tradiciones, criterios para establecer normas de convivencia… Todo esto y mucho más nos lo frece este libro, que puede ser utilizado como manual, recetario, álbum de recuerdos. Un práctico y entrañable libro para acompañar en una etapa muy especial de la vida.
Otra cosa que no podemos dejar pasar es visitar a nuestros abuelos si están en residencias. Es cierto que en los últimos meses por culpa de las medidas covid todo ha sido diferente, pero en cuanto vuelva la normalidad hay que seguir visitando. En mi caso, las visitas a la residencia donde tenemos a mi suegra, Nuestra Señora del Rosario, son muy gratificantes. Allí ha realizado un proyecto de vida. Y siempre que vamos nos damos una vuelta por sus smplios salones de lectura y TV, sala de juego, sala de terapia ocupacional, biblioteca, capilla, peluquería, comedor, podólogo…Mi hijo está tan feliz de poder visitar a su yaya.
Escuchar
Pero ante todo, lo que tenemos que hacer para mantener una buena convivencia entre abuelos y nietos es escucharles y hablarles. Todos necesitamos que nos escuchen y los ancianos todavía más. La soledad, pese a vivir en compañía, está siempre al acecho de los mayores. os niños tomarán nota si ven a sus padres integrar a los abuelos: desde ver y comentar juntos un programa de televisión hasta cenar en una hamburguesería.
Eso sí, los adultos deben vigilar la relación de los pequeños con los mayores, orientarles y, en su caso, corregirles. El cariño y la juventud no lo justifican todo. No es bueno que estén todo el día besando a los niños Y hay que tener cuidado con el dinero. Los abuelos son muy dados a dar la famosa propina, y en este caso, no todo se justifica con dinero.
Hay que saber detectar las señales que envían para afirmar su autonomía en cuestiones de dinero. Por eso, tenemos que hablar con los mayores para que den valor al dinero para que los niños sepan que el dinero no cae del cielo.
Y con estos consejos seguro que todos podemos tener una mejor convivencia entre abuelos y nietos.