Después de unos cuantos viajes por España, he llegado a la conclusión de que Barcelona es una de las mejores ciudades para viajar en familia. Ya sabemos que no es fácil encontrar un lugar que se adecué a las necesidades de los más pequeños y de los más grandes, pero creo que en la ciudad condal lo he encontrado. En gran parte, por la gran cantidad de actividades, tanto lúdicas como culturales, que se pueden realizar. Os voy a contar un detalle de una visita que hicimos a una granja interactiva.
Tuvimos mucha suerte porque el hotel era una gozada. Se trata del Boria BCN, y estamos hablando de un cinco estrellas que cuenta con todos los detalles. Los papás dormimos en una suite, mientras que mis dos hijos compartieron una Junior Suite. La valoración es de 10. No hay que poner ni una sola pega. Desde allí, muy céntrico comenzamos con nuestras visitas.
La primera era una sorpresa que tenía programada para mis hijos, ya que al vivir siempre en la ciudad nunca pueden disfrutar de lo que es un día en el campo. Así que les llevé a una visita guiada e interactiva a una granja exótica. Primero visitaron los animales típicos de granja como las cabras, ovejas, cerdos, gansos. Todo con la idea de que aprendan de dónde salen estos alimentos que encuentran tan fácilmente en la nevera de su casa.
Luego pasamos a los animales salvajes. Los que más les llamaron la atención fueron los emús, que no vuela pero corren muchísimo. Algo parecido a los avestruces. También había gamos, y mi hijo mayor, Miguel, se atrevió a darles de comer, eso sí, hay que mantenerse muy quietos. También visitaron a los más traviesos como el mapache, el coartan o puerco espín africano.
Y no podía faltar el espacio para los animales exóticos. Aquí estaban la tarántula, la serpiente, el erizo, el lución, el lagarto gigante, el camaleón. Los que se atrevieron a tocarlos dicen que no es para tanto, pero nosotros por si acaso nos mantuvimos a unos cuantos metros. Mis hijos, que ya habían visto una exposición de este tipo en Valladolid, alucinaron.
Comida y talleres
Si estás interesado en acudir con tus hijos, tienes que saber que los sábados y domingos, empiezan a las 11, y os recomiendo que os vayáis un poco antes, para prepararlo y que os cuenten las normas. La visita guiada es con monitor, y el recorrido dura unas dos horas. Si lo deseas, como fue nuestro caso, puedes quedarte a comer en la zona de picnic de la granja. Os podéis llevar la comida, aunque también tienen de catering y un restaurante muy cerca con menús especiales.
Después de comer, ya te puedes ir a casa después de ir un día agotador, pero si aún tienes fuerzas, pues los monitores hacen talleres donde los niños pueden estar muy entretenidos, y los padres aprovechar para tomar un café. Los precios oscilan entre los 7.50 euros y los 20 euros, dependiendo el número de visitas, actividades o si te quedas a comer.
Como te digo, es una experiencia única para los más pequeños, que aprenden a ver y vivir la naturaleza en vivo, no por libros o por documentales de televisión. La verdad es que la visita guiada a la granja fue una experiencia extraordinaria. La posibilidad de poder tocar y dar de comer a los animales es única. Además la amabilidad de todo el personal hace que la experiencia sea muy agradable. Sin duda, otra forma de ver una Barcelona muy diferente.