Dicen que los niños de hoy en día no disfrutan de su infancia como nosotros lo hacíamos, la era de la tecnología ha transformado las horas de ocio y entretenimiento de los más pequeños de la casa y los ha vuelto más sedentarios y abstraídos.
Las generaciones de los 80 y los 90 se pasaban horas en la calle, en el parque, en la replaceta y en el patio del colegio jugando a una amplia cantidad de juegos como la peonza, la comba, a las canicas, la rayuela, fútbol, balón prisionero, a la pelota al frontón…junto a otros como el escondite de toda la vida, el pilla pilla, el pollito inglés… sin dejar de lado los columpios oxidados y destartalados de parques y patios de colegio.
Lo cierto es que antes los niños tenían más actividad física, no existían ni videoconsolas ni móviles, hoy en día los chavales ya nacen con una cuenta en Instagram en la que sus padres cuelgan su vida a diario. Además, cuando éramos pequeños por si fuera poco, se nos apuntaba como premio a actividades extraescolares como actividades deportivas o musicales, mientras que hoy en día se premia a los niños con horas de videoconsolas o YouTube.
Ya no se juega como se hacía antes
Antiguamente cuando volvíamos a casa después de pasar el día fuera, era raro el día que no volviéramos con alguna herida de guerra que nos dejaran marca para toda la vida testigo de aquellas aventuras que vivíamos con nuestros amigos. Lo cierto es que a pesar de que el acondicionamiento de los patios y parques para niños no era el más adecuado, lo pasábamos en grande. Los columpios eran viejos, oxidados, siempre con algo roto, con suelos de tierra u hormigón que difícil te ponían no volver magullado a casa día sí y otro también. Hoy en día esto ya no pasaría, la verdad es que la calidad de los columpios y los parques han mejorado considerablemente, la calidad de los materiales es mucho mayor, pensada exclusivamente para la seguridad de los niños tanto en el mobiliario como en los suelos, mucho más blanditos e higiénicos que los de antaño. Para este menester los departamentos de urbanística de los Ayuntamientos y la intendencia de los departamentos de Educación encargan los proyectos de acondicionamiento de patios y parques infantiles a empresas como Ruedas Llopis para que los adecuen a las exigencias de hoy en día en cuanto a calidad y seguridad. Pero a pesar de todo esto, hoy en día no se ve a tantos niños jugando en los parques ni en los patios de colegio como se hacía antiguamente, la forma de divertirse de los niños ha cambiado mucho.
Se han cambiado las plazas de barrio y parques infantiles por los móviles y YouTube
Pero si analizamos la situación un poco y nos preguntamos qué es lo que ha cambiado, podemos pensar que las nuevas tecnologías han tenido mucho que ver, que la sociedad es diferente, que la seguridad en las calles no es la que era…Pero independientemente de todo eso la realidad es que los adultos tenemos mucho que ver, desde pequeños se les compra de todo, cantidad de juguetes que ni siquiera llegan a utilizar, anulando el aprecio que pueden llegar a sentir por ellos al recibir tantos, además de anular su imaginación y creatividad. En esta misma línea, según van creciendo, luego llegan las videoconsolas y los móviles, es muy habitual observar a padres y madres recurrir al móvil o a la maquinita de turno para que el niño no le moleste y se entretenga. Con esta actitud de los padres es incomprensible que luego se quejen de que los niños son sedentarios, que se encierren en su cuarto con el móvil y que no salgan para nada, cómo no va a pasar eso si desde bien pequeñitos se les ha metido una pantalla en los ojos para que no molesten en el coche o en la mesa….
En definitiva, sobre lo que debemos reflexionar, a la hora de mirar hacia atrás y compararnos con los niños de hoy en día, es sobre la parte de responsabilidad que tenemos los adultos en el estilo de vida que llevan los pequeños. Los niños ven y aprenden de los mayores, copian lo que ven, y hacen lo que les enseñamos con nuestro ejemplo y actitud, es por esto que deberíamos mirarnos más a nosotros mismos y ver el tipo de vida que llevamos y lo que les ofrecemos a nuestros hijos para vivir y experimentar la vida.