Un recién nacido necesita cuidados, mimos y mucho cariño, eso es algo obvio y además a nadie nos cuesta hacerlo porque a todos se nos cae la baba con el bebé pero… ¿qué ocurre con la madre? ¿Somos realmente conscientes de los cuidados y el cariño que necesita la madre en esos momentos? La mayoría no, y por eso es necesario que la sociedad se deje de prejuicios odiosos, deje de juzgar a las madres y, a cambio, sólo les dé cariño.
¿Sabéis que una madre tarda de 6 a 8 semanas de media en alcanzar su estado físico previo al embarazo? ¿Sabéis que muchas veces no se consigue? ¿Somos conscientes de lo que supone eso para una chica joven? Está genial que haya miles de mujeres diciendo que dar a luz merece la pena y yo, desde mi apreciación, jamás sería capaz de ponerlo en duda, pero es que no se trata de si merece la pena o no, se trata del trauma que puede llegar a causar en una mujer no recuperar su silueta, ni sus pechos, ni su barriga plana, e incluso llegar a tener pérdidas de orina a raíz del embarazo.
Una madre necesita cuidarse para recuperar sus fuerzas y necesitará, para ello, descanso, buena nutrición y ayuda durante las primeras semanas. A veces vamos totalmente ilusionados a visitar a una mamá primeriza y al recién nacido con un montón de regalos, se nos cae la baba con el bebé y sonreímos más de la cuenta, pero nos olvidamos de que esa visita, tal vez, puede ser más productiva para la madre que para el niño o niña. Cuando no se tiene confianza es posible que una visita relativamente corta, para cumplir, sea suficiente, pero si hay confianza entre la pareja que acaba de tener el bebé y vosotros, lo mejor es que no os limitéis a ir a ver al bebé y aposentar vuestro trasero en el sofá, si de verdad queréis ayudar preguntarles si les falta algo en casa para ofreceros a llevárselo en dicha visita: “¿tenéis de todo? ¿Necesitáis que os haga alguna compra en el supermercado o en la farmacia?”. A vosotros no os supondrá nada pero para la mamá puede ser un gran alivio.
También podéis ofreceros a recoger un poco la cocina, siempre y cuando sepáis que se van a tomar bien dicho ofrecimiento, e incluso podéis ofreceros a acompañar a la mamá al médico en caso de que necesite un medio de transporte o algo similar.
No Juzguéis
Otro consejo que deberéis grabaros a fuego en la mente es NO OPINAR. Cada madre y niño/a es un mundo diferente y no hay nada mal hecho siempre y cuando los padres decidan hacerlo de esa manera. Pero, sobre todo, sea cual sea la elección de la madre, no opines sobre la lactancia materna. Hay madres que simplemente no pueden dar el pecho y otras que directamente no quieren hacerlo, así que guardaros vuestra opinión sobre los beneficios que tiene y sobre el tiempo que debe durar, porque un niño puede estar igual de sano sin haber sido amamantado, habiéndolo sido hasta los 6 meses o habiéndolo sido hasta los dos años. No juzguéis sobre lo que no se os pide opinión y si os la piden intentad ser lo más neutrales posible dándoles los pros y contras de cada elección.
También hay cierta tendencia criticona hacia las madres que, tras el parto y el periodo de descanso oportuno, deciden someterse a tratamientos de belleza para recuperar su figura. Parte de nuestra sociedad piensa erróneamente que someterse a una cirugía para recuperar la posición del busto es sinónimo de ser mala madre y yo me pregunto ¿por qué? ¿Acaso llevar los pechos caídos es un símbolo de lo buena madre que eres? El cirujano Marco Vricella es todo un referente en cirugía plástica, estética y reparadora que es consciente de la necesidad que tienen muchas mujeres de volver a sentirse bellas tras el embarazo y por eso aboga por ofrecer un tratamiento reparador adaptado a las necesidades de cada mujer.
Yo misma, tras dar a luz, me sometí a varios tratamientos en la clínica de medicina estética Rosa Bonal y no por eso me siento peor madre. Me hice un tratamiento láser para eliminar las manchas que aparecieron en mi rostro. Me sometí a un tratamiento para eliminar la grasa localizada que se había instaurado en mi barriga y también a un tratamiento de varices ¿Y qué?
Ya está bien de juzgar a quien no necesita ni quiere ser juzgado, pues no somos nadie para criticar o dar consejos a personas que tienen claro lo que quieren hacer con su cuerpo, con sus hijos y con su situación, y recordemos siempre que no sólo es el niño el que necesita los cuidados, también la madre es merecedora de esos mimos.