Aunque parezca que un bebé pueda pesar poco, los pocos kilos que el que presentan al cogerlos pueden ocasionar severos problemas musculares y de espalda. Sobre todo a medida que los pequeños van creciendo y más al recogerlos del suelo. Por ello, continuación os mostramos las mejores posturas para coger a tus hijos sin presentar futuros problemas de espalda o lesiones musculares y para que él esté totalmente cómodo.
Posturas y consejos
- Sostén en todo momento la espalda y la cabeza: debes sostener siempre la espalda y la cabeza de los bebés, sobre todo si se trata de recién nacidos ya que tienen el cuello muy débil.
- Delicadeza, suavidad y tranquilidad: queremos transmitir estos sentimientos al pequeño para que se sienta totalmente cómodo y a gusto.
- Postura de cuna: en esta posición la cabeza del pequeño tiene que estar apoyada sobre el ángulo del codo de la persona que lo está cogiendo, así como la espalda y el antebrazo tienen que estar en la otra mano. Esta posición favorece el contacto visual con el bebé. El pequeño debe estar a una distancia corta, ya que durante las primeras semanas de vida su vista no está completamente desarrollada. Además, esta es la postura típica para poder dar de mamar.
- Postura en la que el bebé está de pie: consiste en cogerlo por las nalgas, consiguiendo que el bebé esté de pie apoyado sobre el cuerpo de la persona que lo coge. Con esta postura o posición se consigue una conexión con el pequeño.
- Postura ‘boca a bajo’: en esta posición la cabeza del bebé debe estar apoyada sobre tu antebrazo, haciendo una pequeña presión en la tripa del pequeño ya que a esa altura deben situarse tus manos. Esta postura es muy adecuada para eliminar gases.
Si a pesar de coger de manera correcta a tus hijos tienes problemas musculares o de espalda en el Centro de Quiromasaje y Bienestar Estético, que tiene tanto clínica como escuela, a través del quiromasaje te ayudarán a reducir tus dolencias. Por si no lo sabías el quiromasaje es un conjunto de técnicas dirigidas a mitigar los dolores musculares, ya sean de tipo tensional, de bloqueo energético o de falta de tono. Basándose en la utilización de fricciones, presiones, percusiones o estiramientos, acompañándose de productos que faciliten una mejor cualidad del «toque»: cremas, aceites o esencias.
Estas técnicas ayudan a trabajar sobre las tensiones musculares, ayudando también a desbloquear líneas energéticas (Meridianos de Acupuntura) y articulaciones; mejora el drenaje de fluidos (linfa, sangre) y optimiza el funcionamiento de los órganos. Sin olvidar, por supuesto, el efecto equilibrante (relajante o tonificante) que tiene el contacto terapéutico de un profesional en el cuerpo de otra persona. Existen testimonios escritos o gráficos en la Corte de los Emperadores Chinos, en el Antiguo Egipto, en Irán, en Asia, en la antigua Grecia o en el Imperio Romano. Sus beneficios han llegado hasta nuestros días evolucionando desde las técnicas más simples hasta el desarrollo específico de algunas para aliviar dolencias concretas de nuestro cuerpo y/o nuestro organismo.