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Apostar por el descanso en el hogar, idóneo ante la llegada de un nuevo bebé

Tomar la decisión de tener un hijo es una de las más importantes que vamos a tener que decidir a lo largo de nuestra vida. No estamos hablando de un asunto que sea baladí, sino más bien todo lo contrario. Es una gran responsabilidad que nos va a condicionar durante el resto de nuestra vida. Está claro que, durante los primeros años, esa responsabilidad nos quitará una mayor cantidad de tiempo que después. Pero hablamos de una cuestión que, por mucho que pasen los años, va a seguir ahí: la de ayudar en la medida de lo que nos sea posible a un hijo o hija. Aunque seamos nosotros los que, llegados a un punto temporal concreto, necesitemos más su ayuda.

Si somos padres o madres primerizos, el cambio va a ser todavía más drástico puesto que tendremos que realizar una serie de cambios en nuestra vivienda y también tendremos que asumir un cambio de hábitos en nuestra rutina diaria. Y este tipo de transformaciones tienen que producirse de una manera prácticamente instantánea al momento en el que nace nuestro hijo o hija. Desde ese mismo instante, nuestra vida se dedica plenamente a ellos y ellas. Todo lo que no sea eso significará un error que tendrá graves consecuencias de las que nos arrepentiremos antes o después.

La página web Ser Padres publicó en un artículo todos los objetos que son necesarios en la vida de un recién nacido y que deben ser adquiridos por los padres y madres antes de que se produzca ese nacimiento. Bodies, un set aspirador nasal, un mueble cambiador, un babero, una capa de baño, luz de noche, una mochila portabebés… son solo algunas de las cosas que nos van a venir de perlas para afrontar una situación tan novedosa en nuestra vida. Está claro que para quienes ya han tenido un hijo o hija, será mucho más fácil disponer de algo de esto. Pero para alguien que tiene a su primer descendiente no lo es.

En el interior de nuestro domicilio, es imprescindible que acometamos los cambios que consideremos necesarios para garantizar nuestra comodidad y la del bebé. Y eso puede implicar un replanteamiento de la distribución del espacio. Es algo que ocurre en el seno de muchas familias y que es normal que se produzca. De hecho, es inevitable. Todos y todas queremos lo mejor para las personas a las que les hemos dado la vida y esta es una de las mejores maneras de conseguirlo.

Disponer de muebles cómodos y de primera calidad en el hogar es lo mejor para cuando tenemos un bebé. Ese aumento de la responsabilidad que supone esta situación tiene que ser compensada con un aumento de la comodidad en el hogar, especialmente en lo que tiene que ver con el descanso. Cuando se tienen hijos, los días se convierten en algo más largo y pesado. Combatir eso con mayor calidad en el descanso es lo idóneo. Según nos han indicado desde Tuacasa, existe una gran cantidad de familias en España que cambian sus muebles de descanso (especialmente camas) en los meses anteriores o posteriores a haber dado a luz a un hijo o hija. No puede ser casualidad.

Los bebés que crecen en lugares cómodos son más felices 

Puede parecer que lo que os vamos a comentar no se ajusta a la realidad, pero os podemos prometer que es tan cierto como la vida misma. Los bebés también pueden presentar problemas como lo son la ansiedad, el estrés… y haríamos bien en prevenir la aparición de este tipo de asuntos en alguien con tan poca edad. ¿Cómo podemos hacerlo? Fácil: con unas camas gracias a las cuales ese descanso sea de calidad.

Los bebés que, por tanto, crecen en hogares que priorizan su comodidad lo hacen mucho más felices. Por muy pequeños e inocentes que parezcan, ellos y ellas también sufren todos esos males que nos pueden afectar a los mayores. Es algo que han defendido los expertos en psicología y que, desde luego, hay que tener en consideración para construir un hogar en el que tengamos la seguridad de que estamos proporcionando lo mejor a los peques. Si no es así, serán ellos y ellas quienes paguen las consecuencias en el futuro.

Debemos tener en cuenta que hay otra serie de cosas que ayudan a que nuestros descendientes crezcan de una manera sana y feliz. La educación en valores como el respeto o la amistad, la adquisición de conocimientos en distintas áreas ligadas a las ciencias o las letras y la construcción de un hogar en el que se pueda convivir con comodidad son varias de las que nos pueden ser de una gran utilidad en este sentido. Por lo tanto, debemos tenerlas siempre en consideración para ofrecer siempre lo mejor a los nuestros.

 

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