La alimentación es uno de los factores clave en la vida de una persona. Su repercusión se extiende a múltiples aspectos de nuestra vida, desde un correcto crecimiento físico hasta la prevención de enfermedades graves como las cardiovasculares o un simple catarro. Por ello es conveniente enseñar a los niños a cuidar la alimentación desde pequeños.
De niños todo nuestro cuerpo se desarrolla con mayor rapidez, no solamente en el aspecto físico, sino también se produce un gran desarrollo intelectual. Y la alimentación no se queda fuera de esto; su influencia puede verse reflejada en nosotros.
Lo más conveniente es que esta alimentación, además de sana, sea equilibrada. Y todo en las cinco comidas de las que se compone el día.
La más importante suele decirse que es el desayuno. Los pequeños han de ir bien preparados al colegio para tener fuerza y estar atentos a las lecciones de sus maestros. Un niño débil perderá mucho de su capacidad de atención. Un desayuno equilibrado puede estar compuesto de naranjas y mandarinas (bien en forma de zumo o tomando la pieza de fruta entera), un vaso de leche con cacao y cereales o tostadas. Este pan podemos completarlo con mantequilla o también comprar mermelada o comprar aceite de oliva virgen para untar con unas gotitas el pan y darle el sabor típico de la dieta mediterránea.
La calidad también importa
También sería interesante saber qué compramos exactamente porque mermeladas o aceites hay muchos, pero no todos tienen la misma calidad. En la web de oleoangeles.com podemos leer qué es lo que se espera de un buen AOVE (aceite de oliva virgen extra) y huir de todos los que no siguen estos cánones. No obstante, siempre encontraremos botellas de aceite de oliva que está a mitad camino entre el aceite nada recomendable y el carísimo aceite de alto standing. Lo básico, por ejemplo, que se elabore con procedimientos mecánicos y de ahí para arriba.
Saltarse el desayuno puede provocar una bajada de glucosa y estas afectan al rendimiento intelectual y, por lo tanto, al escolar.
Como decimos, la fruta es un elemento fundamental en el desarrollo de los más pequeños y el cuidado físico de todas las personas. Los médicos, debido a su aporte de vitaminas y de minerales, recomiendan que se consuman como mínimo unas tres piezas diarias de fruta. Si estas se toman a modo de zumo, la ingesta puede incrementarse un poco. Tampoco es conveniente abusar, ya que las frutas contienen un alto aporte de azúcar en forma de fructosa.
Para la hora de las comidas es importante también no olvidarse de elementos como la carne, que aporta vitaminas, proteínas y hierro, y el pescado, que contiene fósforo, proteínas, vitaminas y ácidos grasos, como el Omega 3. fundamental en la dieta. Es conveniente que tanto la carne como el pescado sean consumidos entre dos y tres veces por semana (más el pescado que la carne). El Omega-3, las conocidas como grasas buenas, favorece el desarrollo intelectual como otras grasas saludables y otro tipo de nutrientes como el fósforo, el calcio, el hierro o las vitaminas.
La verdura tiene que estar presente también en al menos una comida al día. Su aporte está basado principalmente en vitaminas (B12 especialmente), minerales y fibras. Las verduras son también muy importantes es la época de exámenes por el potasio, el magnesio, el ácido fólico y la fibra. Gracias a este aporte se sentirán mejor y rendirán más en el estudio.
Si durante esta época de exámenes está más nervioso, puede llegar incluso a perder el apetito. Por ello, es conveniente que si esto sucede que elaboremos platos más nutritivos.
Asimismo, no podemos olvidarnos de uno de los alimentos más importantes y más completos que existen: el huevo. El huevo tiene vitaminas y proteínas, y pese a que muchas veces se oye que es uno de los causantes del colesterol, debemos tener en cuenta que en una persona sana y con una dieta variada, haciendo también ejercicio, no tenemos por qué restringir mucho su consumo, sino combinarlo con los demás alimentos.
Los lácteos como la leche, los yogures o el queso son la fuente de calcio necesaria para nuestro hijos. En caso de no querer ingerir mucha grasa, podemos encontrar en cualquier supermercado productos conocidos como los o %. Para tener una mente rápida y en alerta siempre necesitamos fósforo, calcio y silicio. Además, los alimentos ricos en azufre y fósforo mejoran también la capacidad para tomar decisiones.
Como sabemos, los más pequeños no solo comen a las horas durante las que nosotros los vemos en casa o en el comedor escolar, sino que también suelen picar sus golosinas y algunos otros dulces. No están prohibidos, pero sí es conveniente que supervisemos las cantidades que ingieren y la calidad de los mismos. Incluso podemos meterles en la mochila algún suplemento alimenticio natural.
Para mejorar la memoria y la atención en el colegio existen también alimentos que nos pueden ayudar. Por ejemplo, podemos ingerir alimentos con sodio y manganeso o incidir en aquellos que contengan vitamina B. También las nueces y las pasas son buenas por un aminoácido que contienen. Para estimular a los niños podemos jugar con ellos demostrándoles que las nueces son buenas para su cerebro, ya que al abrirlas tienen también una forma similar al cerebro.
Aunque las bebidas excitantes como el café o algunos refrescos les den la sensación de que tienen la mente más despierta, es conveniente restringírselas, ya que no favorecen la memoria ni la concentración. En lugar de eso, podemos ofrecerles zumos, cuyo azúcar les aporta energía.
Por último, además de la comida, si queremos que nuestro hijo se desarrolle correctamente a nivel intelectual, debemos incidir en que el descanso es también un aspecto fundamental para rendir al máximo cada día.
